La dieta mediterránea está incluida en la Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO. Su candidatura fue presentada por España, Grecia, Italia y Marruecos.
Los ajos, aderezo imprescindible en muchos platos de la cocina mediterránea, reducen el colesterol y los triglicéridos, combaten la hipertensión y contienen muchos nutrientes y vitaminas esenciales para nuestro organismo. Además, son depurativos, diuréticos y antioxidantes.
Cuando llega el verano, nada mejor que acompañar las comidas con una buena ensalada de productos de la huerta. Comer verduras y hortalizas regula la función intestinal y aporta una buena variedad de ingredientes que poseen mucha fibra y nutrientes esenciales.
Las investigaciones han demostrado que las personas que consumen tomates regularmente tienen menos riesgo de padecer derrames cerebrales.
Uno de los clásicos en la dieta mediterránea es el aceite de oliva. Numerosas investigaciones han demostrado que combate el envejecimiento, protege el cerebro y reduce el riesgo de infarto.
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